Colibríes en el río San Pedro

Al principio de los tiempos los dueños de las cosas del cielo descendieron para hablar con el supremo Mama Sintana y quejarse, porque su hija y su yerno les habían robado las semillas de todas las plantas. El Mama les sopló su magia y los transformó en pájaros, y así, de los aprendices y ayudantes de las casas ceremoniales, nacieron los colibríes.   Leyenda Kogui, Sierra Nevada de Santa Marta, Colombia
Colibrí Pico Ancho macho (Cynanthus latirostris)

Los colibríes son un grupo de aves que agrupa 340 especies que poseen un origen común, varían en forma, tamaño corporal y conducta. Agrupadas en la familia Trochilidae, por lo que también se les conoce como troquílidos, este conjunto de aves es, después del de los mosqueros (familia Tyrannidae), el grupo de pájaros más diverso del continente americano (1).

Los más recientes estudios mencionan que la familia de los colibríes (Trochilidae) se originó aproximadamente hace 42 millones de años cuando se separó de su familia hermana de los vencejos (Apodidae). Actualmente los colibríes son una familia de aves que es exclusiva del continente Americano, sin embargo parece que su origen en el Cenozoico primario se da en Europa, en lo que hoy corresponde a Alemania. En aquella era geológica existía aún una conexión entre continentes en el norte y muchos grupos de animales y plantas transitaron al continente Americano. Colonizaron Norteamérica pasando a Suramérica donde tendrían su radiación y evolucionarían una gran cantidad de especies (2).

Aunque hay cierta variación en tamaño corporal, aproximadamente 80% de las especies son de tamaño medio (en promedio pesan 4 gramos y tienen una cuerda alar de 5-6 cm). El tamaño del pico varía entre 1 y 12 cm, pero en promedio la mayoría de las especies tienen un pico de aproximadamente 2 cm (1).

Los colibríes se pueden encontrar en una gran variedad de hábitats, geográficamente se distribuyen desde Alaska hasta la Patagonia, pero su área de mayor diversidad se ubica a lo largo de la línea del ecuador. En cuanto a su distribución altitudinal, los colibríes se encuentran desde el nivel del mar hasta a más de 4 000 metros sobre el nivel del mar. Junto con los murciélagos, son los nectarívoros vertebrados más importantes del Continente Americano (1).

En México viven 57 especies de colibríes, de las cuales 19 también se encuentran en Estados Unidos (3). En Meoqui se han registrado 8 especies: Colibrí Barba Negra (Archilochus alexandri), Colibrí Pico Ancho (Cynanthus latirostris), Colibrí Cabeza Roja (Calypte anna), Zumbador Garganta Rayada (Selasphorus calliope), Colibrí Garganta Rubí (Archilochus colubris), Colibrí Cabeza Violeta (Calypte costae), Zumbador Canelo (Selasphorus rufus), Colibrí Corona Violeta (Amazilia violiceps) además del Zumbador de Allen (Selasphorus sasin), este último no confirmada su identificación. En los meses de calor el más común es el Barba Negra y en otoño invierno solo se observó el Cabeza Roja (3).

Zumbador Garganta Rayada macho(Selasphorus calliope)

Si bien el vuelo de las aves es un fenómeno aerodinámico y biofísico sorprendente, la técnica y el grado de refinamiento de los colibríes lo ha llevado a su máxima expresión. De hecho, los colibríes son los únicos vertebrados voladores que pueden desplazarse en el aire en cualquier sentido, incluso en reversa o permanecer en vuelo en un mismo sitio sin depender de las corrientes de aire. El revoloteo, como se ha denominado esta técnica, es una actividad indispensable para llevar el tipo de vida que lleva un colibrí, sus patas son débiles y pequeñas con relación al resto del cuerpo y no les permiten escalar o desplazarse caminando por la vegetación en forma eficiente. Incluso para hacer pequeños cambios de posición en la misma percha prefieren “flotar” un instante en el aire (4).

Sobre cuánto tiempo puede vivir un colibrí algunos expertos opinan que en promedio de 3 a 5 años, pero el record registrado es una hembra en Colorado que vivió por lo menos 12 años. Se ha registrado que su corazón puede llegar a latir hasta 1260 veces por minuto y de 50 a 180 cuando las temperaturas son muy frías y entran en una especie de hibernación llamada torpor. El batir de alas más rápido que se ha registrado es de 80 veces por segundo, aunque el promedio es de 53 veces por segundo en un vuelo normal.  Un colibrí en reposo respira 250 veces por minuto y para evitar morir de hambre deben comer el equivalente a la mitad de su peso en néctar e insectos al día, si un humano promedio  tuviera el metabolismo de un colibrí tendría que comer más de 120 kg de carne al día para mantener su peso (¡¡!!) (5).

A pesar de su tamaño son animales muy territoriales y se les ha visto atacar aves mucho más grandes como cuervos e incluso halcones. Igualmente por su tamaño pueden ser cazados por una gran variedad de animales como arañas, ranas e incluso libélulas (5).

Muchas especies de aves están morfológica y fisiológicamente adaptadas para migrar, los movimientos migratorios de aves pueden alcanzar hasta varios miles de kilómetros, como cuando migran de los lugares donde invernan a sitios de crianza en el verano, o de apenas unos kilómetros como cuando migran dentro de un mismo sistema montañoso. Las principales causas de migración son la fluctuación estacional de las fuentes de alimento, el clima, los depredadores, etc., los colibríes son altamente dependientes del néctar, así que es probable que su migración este correlacionada con la floración de diferentes especies de plantas.

Solamente 29 de las especies de colibríes migran grandes distancias (Rappole & Schuchmann, 2003), de ellas 13 habitan en norte américa. Los colibríes migran a lo largo de rutas establecidas y hacen paradas para alimentarse y restablecer su energía en campos de floración, la duración de su estancia en determinado lugar puede variar desde apenas un día hasta varias semanas (6).

El colibrí que migra mayor distancia es el Zumbador Canelo (Selasphorus rufus) que viaja desde Alaska en el verano hasta México en el invierno (casi 5000 km.(5).

Polinizadores como los colibríes son fundamentales para la reproducción de muchas plantas y ayudan a mantener la diversidad genética de poblaciones de plantas porque viajan distancias mayores que otros polinizadores esparciendo polen entre diferentes localidades. Además pueden polinizar en clima húmedo o frio, cuando otros polinizadores no pueden. Las flores y los colibríes son un claro ejemplo de coevolución entre plantas y polinizadores.

Desgraciadamente las poblaciones de colibríes están disminuyendo debido a la destrucción y fragmentación de hábitats. Esta disminución se debe por lo general a la construcción de proyectos habitacionales, campos de cultivo o el uso de pesticidas y herbicidas que eliminan sus fuentes de alimento (7).

El impacto humano es uno de las amenazas más importantes para la biodiversidad. Algunos estudios han encontrado que lugares con menor influencia antropogénica mantienen una mayor abundancia  y variedad de especies  de aves (8).

Garganta Rubí hembra (Archilochus colubris)

Estudios recientes han mostrado que, aunque el impacto ambiental de la actividad humana es definitiva en los ecosistemas, en si su presencia parece no importarle a los colibríes y es común verles en jardines y patios donde haya flores, estas aves son exploradoras y buscan cualquier fuente de alimento que esté disponible, además, como casi todas las aves, gustan de tomar baños para refrescarse  y en los días más calurosos con mayor frecuencia, por lo menos una vez al día, por lo que también les atraen fuentes de agua. Hay varias formas de favorecer que los colibríes visiten las casas y ayudarles a tener fuentes de alimento disponibles, la mejor siempre será el tener plantas que floreen, les atrae casi cualquier tipo de flor pero prefieren aquellas de forma alargada, también hay alimentadores artificiales con los que tú puedes ayudar a que estos pequeños se alimenten, los hay a la venta o son fáciles de fabricar con botellas de plástico, lo importante es el líquido con el que se alimentarán y el cuidado del alimentador, para hacer el “néctar” es muy fácil: por cada parte de azúcar (debe ser blanca y nunca miel u otros endulzantes) se ponen 3 de agua, se hierve y se deja enfriar, debe cambiarse cada dos días para evitar la descomposición y lavar bien (sin usar detergentes fuertes), la mezcla puede hacerse y guardarse en el refrigerador para ir rellenando, no es recomendable agregar colorantes al líquido pues este es dañino para los colibríes. También es muy importante que los alimentadores sean colocados fuera del alcance de gatos u otros animales que los puedan cazar.

Zumbador Canelo macho (Selasphorus rufus)

Los colibríes son animales no solamente hermosos sino fundamentales para el mantenimiento de la riqueza de los ecosistemas, la mayoría de los que se pueden observar únicamente van de paso dentro de su ruta migratoria, respétalos, admíralos, y si les puedes ayudar, ya sea teniendo flores en el jardín o poniendo alimentadores, estarás favoreciendo su supervivencia. 

Autor: Leonardo Hernández Escudero

Fotografías: Leonardo Hernández Escudero

Referencias:

  1. Ornelas, Juan Francisco. 1996. Origen y evolución de los colibríes. Ciencias, núm. 42, abril-junio, pp. 38-47. [En línea].
  2. Obando Chacón, J. C., Moreno Salazar, N., Camargo Martínez, P. A., Ochoa, D., Castaño Penagos, M., Valencia Rodríguez, L., Hortúa Romero, C. (2018). Colibríes de Cundinamarca. Colombia: Departamento de Cundinamarca.
  3. del Coro Arizmendi, M. & Berlanga, H. (2014). Colibríes de México y Norteamérica. México: CONABIO.
  4. Gutiérrez-Zamora, E. A., Carrillo, E., Rojas-Nossa, S. V. (2004). En Guía ilustrada de los colibríes de la Reserva Natural río Ñambí. Colombia: Corporación ECOTONO. p 156
  5. HUMMINGBIRDS of Chamizal National Memorial. National Park Service U.S. Department of the Interior.
  6. López-Segoviano, G., Arenas-Navarro, M. & del Coro Arizmendi, M. (2018). Hummingbird migration and flowering synchrony in the temperate forests of northwestern Mexico. PeerJ, 6: e5131.
  7. Givot, R., O´Conell, K., Hadley, A. S. & Betts, M. G. (2015). Hummingbird Citizen Science, 82:8, 25-33.
  8. Bustamante-Castillo, M., Hérnandez-Baños, B. E. & del Coro Arizmendi, M. (2018). Hummingbird Diversity and Assemblage Composition in a Disturbed Tropical Dry Forest of Guatemala. Tropical Conservation Science, 11.

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