
En el municipio de Meoqui tres especies de búhos y tecolotes han sido registradas: Búho Cornudo (Bubo virginianus), Tecolote del Oeste (Megascops kennicottii) y Tecolote Llanero (Athene cunicularia), esta ultima la más abundante (1).
“El tecolote llanero es un ave relativamente pequeña, de patas largas y una altura de 20 a 25 centímetros, pesa de 130 a 150 gramos y alcanzan una envergadura de aproximadamente 60 centímetros. Es bicolor: su lomo es café con manchas y una raya blanca y al frente es de color crema con pintitas cafés. Su cabeza es redonda, carece de mechones en las orejas y tiene ojos amarillos en una posición relativamente elevada con respecto a la cara. Los machos son ligeramente más grandes y de coloración más pálida que las hembras. Los jóvenes tienen un tamaño similar, aunque son de color beige y no presentan rayas” (2).


El tecolote llanero es una especie del nuevo mundo, es decir, del continente americano, con 18 subespecies. Se distribuye desde el sur de Canadá en Columbia Británica y al sur hasta el oeste de Panamá. En México presenta una amplia distribución, registrado en 28 de las 33 entidades federativas (2).
Es un depredador de gran importancia para los ecosistemas donde habita. Esta especie puede mantener estables las poblaciones de sus presas. Se considera oportunista en relación a sus hábitos alimenticios. En las egagrópilas (regurgitados) se ha reportado la preferencia por los insectos, siendo el alimento de mayor abundancia, especialmente las especies grandes como: los coleópteros (escarabajos), ortópteros (saltamontes y grillos) y odonatos (libélulas). También se han identificados pequeños mamíferos como ratones, ratas, ardillas de tierra. Y aves, como huilota (Zenaida macroura). La dieta también abarca anfibios y reptiles (2).
Se reproduce de marzo a agosto, generalmente es monógamo, pero puede ser polígamo. El tamaño de nidada es entre 6 y 11 huevos y el período de incubación es de 27 – 30 días (2).


Esta ave tiene actividad diurna y con hábitos fosoriales (adaptado a la excavación y vida subterránea). Su hábitat son áreas abiertas tales como los pastizales, desiertos. Utiliza las áreas abiertas y bien drenadas, con vegetación discontinua y presencia de arbustos de bajo crecimiento, permitiendo incrementar su visibilidad de caza, contra depredadores y atención a las madrigueras (2).
Las principales amenazas que enfrentan las poblaciones de tecolotes están relacionadas con el uso elevado de plaguicidas, accidentes de carretera, tráfico ilegal, transformación del paisaje, cacería ilegal y destrucción del hábitat. Sin embargo, las actitudes y percepciones hacia estas aves también han sido consideradas como una amenaza en diversas regiones del mundo, al considerar a los búhos como aves de mal agüero. El desconocimiento que se tiene hacia ellos provoca que muchas veces sean sacrificados, ignorando el papel importante que cumplen en los ecosistemas.
“Los búhos y lechuzas han ejercido una fuerte y controvertida fascinación en los seres humanos, lo que los ha llevado a constituirse como elementos importantes en la cosmovisión de diferentes culturas, convirtiéndose en el grupo de aves con más supersticiones” (3). “Esto es debido principalmente a sus hábitos nocturnos, al aspecto que presentan y a las vocalizaciones que emiten, que en conjunto han impulsado a la creación de imaginarios fantasiosos y místicos alrededor de estas aves» (3).


Hay que hacer hincapié en que sus hábitos de anidación (como se mencionó antes, a ras de suelo) los hacen particularmente vulnerables al vandalismo y a la depredación por especies invasoras como perros y gatos ferales (que sobra decir son una amenaza en general para la vida silvestre), sobre todo en época de reproducción.
Para finalizar, es muy importante combatir las supersticiones y sustituirlas por información sobre la gran importancia que tienen dentro de los ecosistemas, para el control de plagas y evitar la proliferación de fauna potencialmente dañina, y por lo tanto, al cazarlos o destruir sus madrigueras, se causa un desbalance al eliminar a este fundamental miembro de la cadena alimenticia.
Autor: Texto y fotografía por Leonardo Hernández Escudero, colaborador de este sitio.
Referencias:
- https://www.naturalista.mx
- Ruiz Aymá, G. (2014). Dinámica poblacional del tecolote llanero occidental (Athene cunicularia hypugaea) en zonas de pastizal en el Noreste de México. México: Tesis de Doctorad, Universidad Autónoma de Nuevo León.
- Restrepo Cardona, J. S. & Enríquez, P. L. (2014). Conocimiento popular sobre los búhos en poblaciones rurales del suroccidente de Manizales, Caldas, Colombia. Etnobiología, 12 (3), 41-48.