En los últimos años es frecuente en nuestra región observar paisajes con estanques y arroyos que se han secado; un ejemplo específico es el río San Pedro que, hace ya algunos años, tenía un flujo constante de agua y ahora se ha convertido en un humedal seminatural en el que se acumulan mayormente aguas negras. Todo esto es para aquellos menores de 30 años algo cotidiano y natural, puesto que nunca vieron el río de otra manera y lugares por donde antes corrían arroyos o se formaban estanques ahora están convertidos en zonas habitacionales o caminos asfaltados o simplemente campos baldíos y áridos. Se lo atribuimos al cambio del clima causante de la sequía, y eso es en parte correcto, sin embargo, no incluimos en esa lista de causas a actividades del ser humano que también provocan que los cuerpos de agua se sequen. Entre esas actividades humanas están la extracción desmedida de agua para cultivos de riego, la creación de represas en ríos o el uso de pipas para acarrear agua para actividades particulares.


¿Alguna vez te has preguntado si existe y se aplica alguna regulación por parte de alguna institución gubernamental para crear una represa de agua? o ¿Por qué se siguen sembrando cultivos de alto consumo de agua si hay poca agua en la región?
Si bien es cierto que una parte de la agricultura encuentra su motivo de existir en la generación de alimentos o como fuente de ingresos económicos para cubrir necesidades básicas; la agricultura extensiva no se detiene a cuantificar o siquiera pensar en el costo ambiental o el deterioro en la cantidad y calidad de los recursos naturales, puesto que su finalidad es la acumulación de riqueza, la cual, además, solo beneficia a unos cuantos y empobrece a los demás, puesto que los recursos naturales de que se sirve para generar la riqueza pertenecen (o deberían pertenecer) a todos, mientras que las ganancias se las quedan solo los grandes propietarios, repartiendo al resto solo cantidades mínimas de los beneficios en forma de salarios.
El costo medio ambiental de estas prácticas es grande y para algunas especies resulta devastador, mientras que el ser humano (algunos de ellos) utiliza el agua de forma desmedida para la generación de riqueza a través de la agricultura, ganadería, minería o silvicultura; otros humanos (la gran mayoría) y numerosas especies cuyas necesidades básicas y su vida depende de esa agua, sufren su escasez y sus consecuencias.


Utilicemos dos ejemplos para ilustrar cómo la vida de algunas especies depende del agua (si es que una explicación es necesaria).
El 5 de enero del 2022, cerca al puente Congregación Ortiz-Delicias, en el municipio de Rosales, Chihuahua, observamos lo que fue una laguna, reducida a campo erial, seco. Al acercarnos registramos múltiples restos de especies de vida acuática, o que parte de su ciclo de vida ocurre en el agua. Entre las especies se encontraban: peces como mojarras (Lepomis sp.) o Guayacones (Gambusia sp.), libélulas en su fase de ninfa (sub orden Anisoptera), Caracoles Cuerno de Borrego (Planorbella sp.), Caracol Trompeta de Borde Rojo (Melanoides tuberculata), Almeja Canasta Asiática (Corbicula fluminea), escarabajos de agua (Tropisternus lateralis y Neoclypeodytes sp.) y renacuajos (Orden anura). Aun sin incluir la vida microscópica podemos darnos una idea clara de la riqueza biológica que se pierde cuando se seca una laguna de unos cuantos metros cuadrados, tratemos de imaginar lo que ocurre cuando se deterioran áreas mucho más grandes.







El segundo ejemplo, es quizás más claro para ilustrar que la actividad humana también puede ser responsable de la escasez de agua en la región, fue documentado el 23 de enero del 2022. Justo bajo el puente Rosales-Delicias, en el municipio de Rosales, Chihuahua, un lago poco profundo pero extenso se secó, dejando a la intemperie numerosas algas (Spirogyra sp. y Vaucheria sp.), Caballitos del Diablo en su fase de ninfa (Suborden Zygoptera), Langostino Americano (Procambarus clarkii) y Chinches acuáticas (Ambrysus sp.). ¿Alguien se ha preguntado cómo un cuerpo de agua con esa extensión puede secarse de un día para otro?




El ser humano es la única especie que dispone de maquinaria para extraer agua, para desmontar terrenos y eliminar árboles o aplanar grandes extensiones de suelo, para colocar barreras que impidan el paso del agua o para desazolvar arroyos que devastan ecosistemas enteros, todas esas acciones para las que ninguna otra especie tiene defensa o posibilidades para adaptarse, y siendo claros: la gran mayoría de la población humana también sufre las consecuencias de ese deseo de enriquecimiento de unos cuantos. Entonces, las condiciones para el uso de estos recursos naturales, como el agua y el suelo, son desiguales, y las consecuencias también lo son, unos cuantos obtienen riqueza y miles (incluidas otras especies), sufren escasez o pierden la vida.
La única especie capaz de generar (y por lo tanto detener) esas actividades es la humana; las demás especies son condenadas a sufrir esas actividades humanas que los molestan, los desplazan, les quitan la vida; y que se observan en distintas áreas naturales de la región, en México y el resto del mundo.



Para comprender y conocer la situación actual es necesaria la memoria y hacer que lo que nos cuentan los miembros de mayor edad de la sociedad no se quede en leyendas: “antes cuando el río crecía” “cuando el río llevaba agua y había muchos peces, y había unos grandes y de trompa larga”… No olvidemos que así como ha ido cambiando el clima y lo que antes eran meses de lluvia y ahora solo son unos días con nubes y la esperanza de que llueva, así puede seguir cambiando, que si bien el clima no lo podemos controlar, si podemos administrar los recursos en beneficio de todos, y no hay mejor manera de beneficiarnos todos que cuidando lo poco que queda en paisaje y en riqueza biológica, porque cada organismo que está ahí, cumple una función dentro de su ecosistema, si los hacemos desaparecer, favorecemos: a los oportunistas, a los parásitos, los causantes de enfermedades (humanos y de cualquier especie).
Antes de terminar este artículo te invitamos a plantearte estas preguntas, como habitante de la región: ¿Qué opinas de la forma en que los cuerpos de agua se sequen a través de los años?, ¿te interesa opinar sobre el lugar en que vives o es natural para ti que unos cuantos tomen esas decisiones?

Texto y fotografía por Juan Luis Loredo Varela y Leonardo Hernández Escudero, colaboradores de este sitio. 14 de febrero de 2022.
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